Antes de dejaros con la historia quería deciros que esta es la primera historia que escribo y me gustaría saber vuestras primeras impresiones, os pido que seaís respetuosos y si conoceís a alguien que le pueda gustar, ¡adelante compartidlo! Gracias de antemano por leer la historia :)
Introducción:
El comienzo de la aventura
Todo empezó un
día lluvioso en el que no me encontraba muy bien, por lo que decidí
ir a la farmacia a por un medicamento que me hiciera sentir mejor,
así que cogí las llaves de casa, un chándal que tenía en el
armario, una chaqueta y por supuesto, un paraguas.
Cuando bajé a
la calle un escalofrío recorrió mi cuerpo y me di cuenta que me
esperaba un día movidito. Las gotas de agua caían una a una, abrí
el paraguas y me dirigí a la farmacia. Justo en el semáforo que
había enfrente de la farmacia sentí una fuerte punzada en el pecho
y automáticamente me desplomé como si fuera un robot al que se le
habían acabado las pilas o la batería, lo último que escuche fue
al panadero gritando. –Rápido que alguien llame a una ambulancia.
Oh cierto,
todavía no me he presentado, me llamo David, mis apellidos no
importan para esta historia, soy un chico corriente de unos 19 años
que no trabaja ni estudia, básicamente un “nini”.
Después de
abrir los ojos, me encontraba en un habitáculo. En la cual, una
especie de humano de alas rojizas me esperaba. Vestía un esmoquin,
un sombrero de copa y un pantalón a juego de color blanco que
contrastaban con su mediamelena negra como el azabache, sus
vestimentas se encontraban impolutas, las cuales desprendían cierta
elegancia.
Me esperaba
sentado con una libreta y boli.
–¿Qué es
este lugar? ¿Qué hago aquí? ¿Y más importante quién eres tu y
qué es ese disfraz que llevas?
–No te
preocupes relájate y siéntate, te lo explicaré, todo a su debido
tiempo.
El desconocido
chasqueo los dedos, una enorme silla sacada de la época victoriana
apareció delante de mí como si por arte de magia se tratara. La
silla estaba hecha de madera con un sillín y amortiguadores
rojos.
Me senté en aquella silla, la cual era muy cómoda pese a
la apariencia. Su interrogatorio comenzó.
–Me llamo
Liam y estás en el Limbo un lugar donde los muertos deciden su
destino –me dijo de forma impetuosa y amigable.
–P-pe-pero
yo estaba en la calle, ¿por qué me encuentro aquí? ¿Y responde
quién eres? Además, ¿el limbo? ¿Es que acaso estoy muerto?
–Verás yo
soy el encargado de guiar a las almas en pena y decidir su destino,
supongo que la definición de mi ser en tu mundo, sería la de un
ángel. En tu caso al ser un chico joven, que no ha llegado a los 20,
Dios se ha compadecido de ti y ha decidido darte otra oportunidad en
otro mundo, en el cual podrás ser un héroe como en un videojuego.
Era muy
difícil de creer, pero parecía que no mentía, además no sentía
dolor en el pecho, ¿y si lo que dice es verdad? ¿Y mi familia y
seres queridos? ¿Se encontrarán bien? Dudas y más dudas me
surhían. Parecía que me hallaba en una tormenta de ideas. No
obstante, la tentación de una nueva aventura me esperaba, tal vez la
que siempre había soñado. Todavía era muy iluso.
Por lo tanto
decidí aceptar al fin y al cabo ya estaba muerto y en el otro mundo
me aburría ya que no tenía nada que hacer.
–Oye si eso
que dices es cierto, ¿cómo reapareceré en ese mundo?, es decir,
estoy muerto. ¿Volveré a empezar desde cero?
–Hmmm…
chico curioso, ¿eh? En primer lugar, te haré un cuestionario el
cual debes responder con sinceridad y a partir de ese cuestionario,
te asignaremos un arma y unos atributos adecuados para esa arma. Con
respecto a sí nacerás de nuevo, por supuesto, pero como ventaja
recordarás tu vida pasada. ¿Empezamos chico?
–Adelante
–le dije sin pelos en la lengua y de forma relajada.
Liam volvió a
chasquear los dedos y un increíble test
apareció de la nada, por ese entonces creía que jamás me
acostumbraría. Un asqueroso test de más de mil preguntas me
esperaba. Aquél simpático ángel me lo dio y empecé a realizarlo.
Aquel test
se encontraba lleno de algunas preguntas banales tales como: “¿Cuál
es tu plato de comida favorito?” o incluso “¿prefieres la playa
o la montaña?”. Pero a su vez, tenía preguntas interesantes como
por ejemplo: “En una situación de riesgo, ¿a quién salvarías
primero? ¿A un niño, a un adulto que ejerce de doctor, a un
estudiante superdotado o a un anciano?”. Está clase de preguntas
hacían plantearse temas serios, en mi caso decidí elegir al doctor
ya que es alguien que en este momento es capaz de salvar una vida,
dando a demostrar que pienso más en el presente. Sin embargo,
después me di cuenta que era una mala opción para salvar primero,
al ser doctor sabría bastante sobre como apañárselas y entonces lo
cambié por el niño.
Después Liam
exclamó –¡con que estás indeciso, me gusta significa que te lo
tomas en serio!
Fue en aquel
preciso instante, en la que una gota de sudor frío recorría mi
desdichado cuerpo, me di cuenta de que no solo se evaluaban mis
respuestas en el papel sino que también se tenían en cuenta mis
pensamientos.
–Un momento,
¿me acabas de leer la mente?
–¡Que va!,
tan solo se te nota en tu cara, humano –dijo sonriente.
–Bufff, este
test es largo. ¿Por qué hacer un test tan largo? –le pregunté
desconcertado.
–Creía que
eras más inteligente como para saber que tu situación es un poco
especial –me dijo el ángel decepcionado.
–Deja
que te explique, verás no a todas las personas les damos la
oportunidad de volver a rencarnar en otro mundo, y mucho menos como
humanos. Por lo que tú, eres especial, si me preguntas no sé que de
especial ve el jefe sobre ti, pero aún así me pareces un poco
interesante
Me sorprendí,
no entendía el porqué de sus palabras, ¿yo, especial? Era
imposible que un chico mediocre como yo tuviera algo de especial.
–Oye si no
te importa, ¿me podrías hablar del mundo al que voy a ir? –le
pregunté de forma que me diera alguna pista para saber mi objetivo
como héroe.
–Hasta que
no acabes el test no tengo permitido hablarte de ello así que
céntrate tan solo en acabarlo –me dijo como si de mi madre o un
profesor se tratase.
Pasó hora y
media, me encontraba con la última pregunta del test, la cual era
bastante chocante: “¿Estarías dispuesto a morir otra vez? /
¿Serías capaz de morir por alguien más?” Además de haber un si
y un no para marcar, había suficiente espacio para escribir debajo
una razón del porqué de mi elección.
–Liam
disculpa… sobre la última pregunt-
En aquel
momento, Liam me cortó la frase y me contestó.
–¡Oh qué
bien! Veo que ya has llegado a la última pregunta, verás pese a ser
tipo test, yo y mi jefe nos pusimos de acuerdo en hacerlo más
emocionante, hemos planeado que en la última pregunta, nos dieras
una raón de porqué elegirías una de esas dos respuestas. ¿No te
parece interesante? –me dijo de forma sonriente.
Solo en ese
instante me di cuenta de que este ángel era más astuto de lo que
creía y que no velaba por mí, sino que simplemente le gustaba ver
la cara de las personas y como se las apañaban para resolver las
cuestiones que se planteaban delante suya.
Pese a mi gran
inexperiencia en la vida, me empecé a plantear aquella pregunta tan
filosófica.
Mientras
tanto, Liam se encontraba impaciente por mi respuesta. – venga…
¿Todavía no la tienes?
Después de
que Liam me dijera eso, llegué a una conclusión. Me la debía
plantear de otra forma para encontrar una respuesta. “¿Serías un
héroe que se sacrificaría para que la humanidad avanzase o, en
cambio, serías la persona que hiciera avanzar a la humanidad?”.
Después de mirarla de esa forma mis dudas se disiparon y pensé que
nunca tuve un gran afán por el ejército. Por supuesto que era
necesario, se sacrificaban por las demás personas y eso fue algo que
me parecía admirable, sin embargo, pienso que una persona capaz de
hacer un gran avance para la civilización era menos común y por
tanto elegí esa opción.
–¡Listo, ya
la tengo!
–Perfecto
dame un par de minutos para corregir y comprobar este test –me dijo
Liam con una sonrisa de oreja a oreja.
Tras esa
contestación, chasqueó por tercera vez los dedos y otro ángel
apreció, este a diferencia de Liam se asemejaba más a la imagen
común que nosotros entenderíamos para un ángel. Dos alas blancas
semejantes a las de una paloma que le salían por la espalda, un halo
de luz que casi me dejó ciego y por último un cuerpo de niño.
Corrigió el examen en un momento y le entregó un informe a Liam.
–Listo señor
Liam –dijo el ángel de voz inmadura.
–Gracias
pequeñín –le dijo Liam al ángel.
–Bueno chico
parece que ya está. Mira, no sé como decírtelo pero resulta que no
te podemos asignar ningún arma, es decir, puedes usar cualquier arma
al mundo al que vas a ir pero no podrás usar habilidades propias de
héroe. Para que lo entiendas, serás capaz de usar un gran arsenal
pero nunca a su máximo potencial.
Ah, por cierto otra cosa más,
conservarás tus recuerdos de tu vida pasada, pero nunca dije que los
de este lugar sí, por lo tanto solo recordarás que puedes usar un
gran arsenal de toda esta maravillosa charla que hemos tenido.
–¡¡Espera!!
¿Por qué me has mentido? ¿Por qué no puedo tener recuerdos de
esta charla? Dijiste que sería un héroe con un arma y atributos
propios, no me traiciones.
–Es cierto
lo dije, pero surgió un improvisto, así que no nos queda de otra.
Además, no puedes tener recuerdos de esta charla porqué sería
injusto para los demás, si me disculpas te voy a enviar ya a ese
lugar que tanto deseabas al comienzo de la charla. No ganaré, pero
al menos nos divertiremos –le oí susurrar.
En ese momento,
muchas dudas surgieron, pero mi mayor temor era a que se refería con
“injusto”
–Liam me las
pagarás por dejarme en este mundo como alguien norm... –mi voz se
entrecorto y un círculo mágico apareció debajo de mis pies.